El viernes 11 de agosto comenzaba nuestro finde musical. Primera parada: Sant Llorenç de Montgai.
Como el finde iba a ser largo decidimos alquilar una furgoneta para facilitar la logística. La única pega es que a última hora nos quedamos sin técnico, Sandro no iba a poder venir. Pero, como en tantos otros bolos, saldríamos adelante.
Después de visitar todo el pueblo en busca de aparcamiento pudimos ver finalizar la prueba de La Cosa Nostra, que rematarían la noche después de nosotros.
Como el escenario estaba justo al lado de la terraza de un bar pudimos cenar ahí mismo, xai y hamburguesas al lado del río. La verdad es que el pueblo tenía unas vistas preciosas.
Antes de comenzar el bolo teníamos que colgar la pancarta, misión que nos costaría llevar a cabo. Blas estuvo buscando escaleras con diversos trabajadores del bar hasta que en un almacén pudimos encontrar una. Suerte que Pablo es alto, sino no la hubiéramos podido colocar.
Ahora sí, después de que el grupo terrorista del pueblo devolviera la guitarra a Fran pudieron empezar las dos horas y media de rock and roll que iba a inundar St. Llorenç.
El concierto fue bastante bien pese a la fobia del público de estar de la mitad de la pista en adelante. ¿Quizá la semiexplosión que dio una de las PA’s tuvo algo que ver? Desde luego dentro nos pegamos un buen susto. Por suerte varios grupos de jóvenes (y no tan jóvenes, ¡ojo!) comenzaron a sacar valor y a ponerse en las primeras filas para bailar tanto la Creedence como Black Sabbath. Teníamos a Fran tan tenso que incluso rompió una cuerda.
Tras el concierto disfrutamos un buen rato de los popurrís de La Cosa Nostra hasta que decidimos ponernos en marcha al hotel para descansar lo que pudiéramos antes de la siguiente parada de ese finde.
(Foto: Segueixlafesta)