El sábado 10 comenzamos el día con una noticia de última hora: Tenemos un bolo de emergencia en Cunit sustituyendo a Big Mouthers, que no pueden actuar por causas mayores.
La idea era interesante, pero teníamos un pequeño problema logístico. Esa tarde-noche teníamos concierto en Barcelona ciudad, en el Nota 79, para el cumpleaños de Virginia. ¿Por horario podría cuadrar? Sí, muy justo, pero la cuestión es que en el cumpleaños nos ponían la batería, íbamos en una Berlingo muy justita para los amplis e instrumentos de cuerda y en la Xarel·lada de Cunit teníamos que llevar la batería completa.
¿Que qué hicimos? Confiar en nuestros compañeros Jose y Enric que llevaron la batería de Dani a Cunit y la montaron mientras nosotros nos embarcábamos por las sinuosas calles de Barcelona donde circular es un auténtico delirio.
Una vez dentro del Nota 79 nos esperaba el técnico de la sala (que tenía un sonido espectacular) y todo avanzó con normalidad, hasta el momento en que nuestro técnico, fan a muerte de Slash, le pidió a Fran tocar su LesPaul. Mira tú por donde fuimos a dar un concierto y asistimos a uno, ¡menudo solista! Solos imprescindibles como el de Tornado of Souls o Cliffs of Dover sonaban mientras los compis de Ready se dedicaban a observar. Desde ese momento nuestro técnico fue bautizado como Steve Vai.
Después de eso nos tomamos unas cervezas, unas bravas y Pablo cató un té, al parecer, por primera vez. “Esto está muy caliente, ¿no?” fueron sus declaraciones.
Con las pilas cargadas entramos a lo que fueron aulas de música de una academia para cambiarnos y dejar todo preparadísimo para salir a escape al finalizar el concierto. Un oscuro y largo pasillo nos separaba del baño para hacer la última evacuación antes del concierto (oscuro hasta que Blas descubrió que había interruptores de luz) y ahora sí, ¡todo listo y la sala llena para descargar nuestro rock and roll!
El público era variopinto: gente joven, niñxs, personas con una edad madura… ¡y para todxs ellxs teníamos temas! Las pelucas iban rulando, las gargantas acompañando y la gente que iba desde México a Tennessee. La verdad es que la acogida fue genial.
Después de eso, felicitando muy fuerte a Virginia en su cumpleaños, recogimos a toda leche porque se venía el segundo asalto: La Xarel·lada de Cunit.