Torà, Torà, Torà…

Por tentador que sea no pensamos hacer la broma con el tema de Jesulín… de momento.

29 de agosto y Ready to Rock se vuelve a poner en marcha en dirección a Lleida para otro finde de Festes Majors, primera parada: Torà.

Tocaríamos en el polideportivo y cuál fue nuestra sorpresa al llegar y ver un escenario más grande que el Titanic. No nos íbamos a chocar ahí arriba, desde luego.

Fuimos montando siendo consecuentes con nuestra escenografía mientras Jordi le daba caña a los mandos para darle ese sonido readytorockero. Probamos, dejamos las cosas en el camerino (uno de los vestidores) y fuimos a cenar ya que tampoco íbamos sobrados de tiempo. De hecho, al salir del polideportivo nos encontramos con el jefe del restaurante donde cenaríamos, comentándonos que la cena nos esperaba. Estupendo.

El restaurante estaba bastante cerquita, por lo que llegamos con suficiente margen para cenar y volver antes de que llegase la charanga, señal para comenzar el concierto. La sorpresa fue llegar al restaurante y que nos dijeran que no sabían nada de nosotros, que estaban cerrando comandas y no nos podrían dar de cenar. Eso dificultaba la logística un poco. Finalmente el malentendido se solucionó y cenamos unos bocatas buenísimos.

La charanga se acercaba peligrosamente al poli, pero la puerta del mismo seguía cerrada. No podíamos entrar. Por suerte la alcaldesa de Torà llegó a tiempo y nos abrió el recinto y el vestuario para podernos cambiar y comenzar con el concierto. Después de una batalla con las luces por fin Torà estaba preparada para una descarga de rock sin precedentes.

El concierto estaba siendo extraño y peligroso. Hielos volaron al escenario, pelotas rebotaban cerca y las vallas cayeron múltiples veces. Desde luego el público de Torà tiene mucha energía. Lo que no nos quedó muy claro es si les gustaba lo que hacíamos o no, ya que de repente estaban entregadísimos (seguimos estando muy a tope con esos jóvenes que lo petan con Extremoduro) como que desconectaban totalmente y ni escuchaban los speeches de Pablo. Debe ser que en Torà son todo almas libres, como esos dos chicos que entraron como si nada en nuestro camerino para ir al baño. Naturalidad ante todo.

Después del concierto hicimos noche en el Hostal Jaume para continuar con el finde de conciertos por Lleida.

Torà, hemos visto de sobra que tenéis energía para aburrir, ¿os animáis a un «round 2»?