El sábado 13 de julio pusimos el hilo musical al Tast & Tall en Botarell, una cata de vinos muy rockera.
Ubicado en el jardín botánico de una remota urbanización, las moscas parecían no querer perderse el espectáculo y dieron guerra durante toda la prueba de sonido, que esta vez incluía micros alrededor de la batería, sinónimo de que lo de esa noche iba a ser gordo.
Y lo fue. Después de que el alcalde abriese el acto, Ready to Rock hacía dudar al público de ir a por su copa y “pica pica” o quedarse a disfrutar de la actuación, que esta vez vendría por fascículos como si de un rock and roll de kiosko se tratase para que Sandra, enóloga, presentara el siguiente vino de la cata, momento que Ready aprovechaba para echar un trago o comer unas pastas que nos habían traído por encargo especial (¡gracias!).
Decir que tuvimos un público estupendo que, sin derramar una gota, hizo todo lo que estuvo en su mano para bailar entre copas, haciendo mención especial a las parejas que buscaban métodos ingeniosos para acompañarnos con palmas sin dejar de lado su copa, ¡eso es dedicación!
También apuntar que no sabemos si era porque la gente ya no estaba ocupada en los puestos rellenando su copa o precisamente porque las copas ya estaban vacías, pero cada vez la cosa se iba animando más y más hasta llegar al apoteósico final… apoteósico además porque la maldición de Ready volvió.
En el último tema, justo antes de acabar, la corriente decidió marcharse y dejarnos a medias, recurriendo al sistema más antiguo que existe: la voz en grito.
Tras cantar entre todos el estribillo de Highway to Hell, cuando dábamos todo por finalizado, la corriente decidió volver (se dejaría algo) y acabamos por todo lo alto el tema, esta vez sin más contratiempos.
¡Muchas gracias al ayuntamiento de Botarell por contar con nosotros para este interesante evento y a los catadores que disfrutaron con nosotros de una tarde-noche estupenda!