Para terminar un fin de semana bastante intenso amenizamos el aperitivo de la boda de Marta y Pep en las termas de Montbrió, un lugar que nos conocemos bastante bien.
El día empezaba bien, el coche de Blas había fallecido y tuvo que buscar una alternativa para ir a montar esa tarde. Allí estuvieron probando con una acústica envidiable que permitía que no se usaran ni micros en la batería para sonorizarla, ¡menudo goce! Así que las pruebas duraron poquito y nos fuimos a merendar.
Unas cervecitas, unos polos almendrados y de oreo y hablar de la temporada con nuestro Jose nos ayudó a que el tiempo fuera pasando hasta acercarse la hora de dar caña.
Una vez allí esperamos a que acabase la ceremonia y al empezar a subir la gente al aperitivo comenzó la caña de Ready to Rock. La caña iba y venía, ya que algunos eventos de la boda requerían de temas concretos, pero poco a poco lxs invitadxs se acercaban más a nosotros. No sabemos si por la música o por la mesa de ibéricos, per la cuestión es que se iba notando el «caliu».
Y tanto que se notaba el caliu, el sol poco a poco se dejaba ver, empezando a achicharrar a nuestro bajista. Con los ojos cerrados probaba de hacer coros, se ponía la gorra para no quemarse, se la quitaba por el sudor… aquello parecía un sketch de los Monty Python.
Pero el resto no se libra, poco a poco Dani iba sufriendo las consecuencias del atardecer también. Ahora Blas procuraba taparle el sol a ratos, mientras Pablo se quedaba sin voz riéndose de la situación. Eso sí, al bajar el sol la banda terminó por todo lo alto con un buen séquito delante que no temía al calor ni a quedarse sin aperitivo. Mención especial a una pareja estupenda que nos conoce bastante bien ;).
Pep y Marta, ¡enhorabuena y que el rock os acompañe muchos años más!