Sant Martí continuó sus fiestas con Ready to Rock como hilo musical, esta vez el 11 de noviembre en El Morell.
Cuando llegamos estaba tocando la Orquesta Meravella y tuvimos que encontrar un plan B para entrar nuestro equipo. Dimos una buena vuelta y entramos por la parte de atrás del pabellón, una puerta escondida, y el Maps volvería a hacer de las suyas. Allí teníamos muy poca cobertura y mandar la nueva información del montaje iba a ser complejo. Tarde o temprano nos iríamos encontrando.
Mientras la orquesta estuviese tocando nosotros no podíamos montar, por lo que estuvimos de tertulia en el vestuario y buscamos sin éxito una cafetera funcional para hacernos un café. Por suerte esa noche nos acompañaba nuestro técnico Enric «Chincheta» para hacer más entretenida la espera.
El concierto que se venía era una auténtica maratón, habíamos apalabrado 3 horas de rock sin descanso (bueno, estaba pautado un descanso de 10 minutos) y el repertorio casi se nos queda corto. Tocamos muchos temas que hacía tiempo que no tocábamos y que hicieron las delicias de algunxs allí presentes.
Fue divertido el paso de una orquesta multitudinaria a la austera banda de rock, hasta desmontaron parte del escenario porque no nos hacía falta. El contraste era llamativo.
Cuando llegó el momento de la pausa nos comunicaron que no hacía falta, que el público estaba arriba y era hora de rematar. La lástima es que en ese momento perdimos a bastantes asistentxs y el pabellón se vació un poquito, pero lxs que se quedaron pudieron atestiguar los temas más cañeros y alternativos de la banda. Mención especial a ese grupo de jóvenes que se las sabía todas y lucía camisetas de Led Zeppelin. Y a lxs de los pogos con Reincidentes y otros temazos de rock estatal.
Una vez finalizado el bolo (y nuestras gargantas) recogimos y nos marchamos a casa con el buen sabor de boca de un fin de semana bien aprovechado.
Morell, ¡deseamos que sea la primera de muchas!