El 22 de octubre se celebraba una nueva matinal motera en el local del Ronin y una vez más contaban con Ready to Rock para quemar esas calorías.
Esta vez las pruebas fueron bastante rápido. Ya han sido varios los conciertos en el Ronin este año y Fran tiene la acústica por la mano. Acabar pronto las pruebas fue todo un detalle porque pudimos dedicarle más tiempo a saborear el almuerzo motero, siempre es una de las mejores cosas de tocar en un club así. Bueno, no todos tuvimos tanto tiempo, ya que Blas se olvidó los setlist y los tuvo que hacer a mano. Mejor, más punk.
Mientras gastábamos nuestras monedas en cervezas y coca-colas nos íbamos preparando para comenzar una mañana más en el club de Montbrió. Entre saludos a viejxs amigxs y conocidxs y nuestro Jose que velaba por nosotros saltamos al escenario y comenzó la descarga de puro rock.
Han sido muchas veces en el Ronin, pero esta vez es de las que más gente ha bailado y cantado con nosotros. Emocionante el momento en que una espectadora se decidió a dar un paso adelante y bailar en el hueco que dejaba el resto, rompiendo así esa barrera invisible que nos separaba de toda la energía que estaban reteniendo.
Tuvimos unos minutos de descanso para el concurso de baile pin-up en el que aprovechamos para ir al baño, recargar las cervezas y repartir muchas tarjetas. Nos daba miedo que el público puediera enfriarse, pero nada más lejos de la realidad. Cuando comenzó la segunda parte el público estaba más arriba que nunca.
Llegamos a terminar el repertorio y a pasarnos la hora que habíamos acordado, pero la gente pedía más. Y bueno, nos debemos a la gente, por lo que tocamos un tema más. Eso fue la auténtica guinda del pastel, acabando el bolo por todo lo alto.
Despueś de eso no quedaba más que recoger, cargar los coches y prepararnos para el próximo concierto. Ya os adelantamos que será de miedo.
¡Gracias por contar con nosotros una vez más, Ronin! Nada casa mejor que una moto, almuerzo y rock and roll 😉