El viernes 16 de agosto hicimos nuestra primera parada en el templo del rock and roll de Salou, el Zeppelin.
Teníamos muchas ganas de estrenarnos aquí, donde hemos podido disfrutar de infinidad de conciertos de calidad como público, y poder formar parte esta vez desde encima del escenario.
Alex estuvo entregado desde el primer minuto implicándose en la prueba de sonido, cosa que mantendría durante el resto del espectáculo para garantizar que el directo fuese impecable, calidad Zeppelin.
Tras esto hicimos una cena de carne a la “plancha fría” en casa de Fran (¡que estrenaba ampli esa noche!), cogiendo fuerzas para la noche que nos esperaba.
Nos enfundamos las camisas, que acompañadas de las bolsas de deporte en las que llevamos la ropa parecíamos los Reservoir Dogs a punto de dar un golpe, y nos dirigimos directos a la sala. Allí haríamos tiempo tomándonos algo con nuestro séquito de Tarragona, que nos siguió hasta Salou, y Blas mataría el tiempo jugando al Mario Bros. en la recreativa.
El concierto estuvo lleno de anécdotas, desde la muerte prematura de un pie de micro que condenó los coros de Fran pasándole el suyo a Blas, sombreros voladores no identificados, gente saltando al público como si eso fuese un concierto de Nirvana… y unxs asistentes que no nos dejaban marchar pidiendo más bises.
Hacer una pequeña mención especial a aquella persona que esperaba cierto tema, de las menos “mainstream”, y que la disfrutó como un niño. Momentos así nos recuerda de dónde venimos y por qué hacemos lo que hacemos.
Teníamos muchas ganas de tocar en Zeppelin y fue un placer tocar para tantas caras nuevas y otras conocidas a posteriori, cosas de vecinos que no se cruzan.
Volveremos el sábado 24 de agosto, así que si os quedasteis con ganas de más u os lo perdisteis… ¡preparaos!