En la actuación no cabía un alma en el patio

Blog: En la actuación no cabía un alma en el patio

Este fin de semana Ready to Rock ha viajado más allá de su comunidad autónoma para llevar su repertorio cargado de clásicos de rock de todas las épocas a dos localidades de Aragón. La primera parada fue en Bandaliés, Huesca.

Una vez llegados allí, Óscar nos recibía con los brazos abiertos y un cigarro en la boca, actuaríamos en una fiesta privada en el patio de una casa. Bastante curioso, aunque a los integrantes de la banda nos parecería curioso tener la puerta a la cocina en el mismo escenario… ¡más fácil para servirse una cerveza durante el concierto!

La verdad es que la imagen que daba el equipo entre plantas y árboles le daba un toque armonioso y bohemio a la situación, en un patio con un palco VIP para lxs jubiladxs. Palco más que merecido, tras una larga vida trabajando tenían asiento privilegiado para ver a Ready dar la traca final a una fiesta con mucha comida de todo tipo, apta para celíacos, tremendos bizcochos, agua de valencia y mucho vino y cerveza.

Cuando empezó la actuación no cabía un alma en el patio, lxs menos afortunadxs nos tenían que oír desde fuera, donde estaban las mesas del picoteo, otrxs se colaban en el palco VIP y otrxs directamente nos veían desde la cocina.

De hecho fue de las primeras veces que tuvimos que parar una canción en serio, porque nadie nos prestaba atención. Al poco rato nos dimos cuenta que en el marco de la puerta de la cocina había una chica marcándose un baile que acaparó todas las miradas, hasta que en una aparatosa falta de equilibrio se vino al suelo con su pincho de fruta… y es que allí no paraba nadie quieto.

Tuvimos una media parte en la que Kike, integrante de «Os Chotos» nos deleitó con algunos temas a la guitarra y armónica, momento que pudimos disfrutar desde la perspectiva del público, y ser así conscientes de la situación en la pista, era imposible acercarse a primera línea.

Una vez acabado el concierto Óscar nos dejó dormir en la casa, no sin antes explicarnos cómo funcionaban las luces, cosa a la que no debimos prestar mucha atención ya que a la hora de dormir ninguno sabía hacerlo correctamente y tuvimos un foco parpadeando buena parte de la noche hasta que trasteando con los plomos conseguimos darle muerte.

Kike Ubieto (Os Chotos), que también dormía allí, debió alucinar con los 4 tontos en apuros que acabaron despiertos a primera hora de la mañana gracias al vuelo de las moscas que parecían corredores de MotoGP… pero la trenza del desayuno arregló todos los males.

Fue toda una experiencia, lo disteis todo y lo pasamos genial. 

Óscar, ¡gracias y que puedas seguir celebrando estas fiestas muchos años más!