Por Bilbo sin bolsón
11 junio, 2025

Sábado 7 de junio y Josu e Isa querían celebrar sus 20 años de casados con Ready to Rock en Bilbao. Pues Ready to Rock se alquila una furgoneta y se planta allí con 5 horas de viaje.
La mañana prometía ya que Blas se quedó dormido y el resto tuvo que esperarle para salir… y es que habíamos quedado a las 5:15h de la mañana.
Pero con ese traspiés superado hicimos carretera hasta Zaragoza, lugar en el que desayunamos unos bocadillos y cafés para hacer más ameno el camino. Lo que nos quedaba lo hicimos del tirón y nos plantamos en el «Aretxamendi Txokoa» a la hora de probar. Aunque las pruebas nos quedaron algo justas de tiempo Fran lo tiene todo controladísimo y con un par de ajustes off the record lo tenía listo.
Fuimos al «Errekaondo» a comer y la verdad es que comimos de puta madre. Unos menús bien completos con huevo, croquetas, ensaladilla y plato principal que nos dejó patidifusos. El vino también nos ayudo y los postres y el café pusieron la guinda en el pastel. Además comimos en un porche rodeado de verde del norte… ¡cómo nos gusta vuestro clima! Aunque eso le haga sangrar por la nariz a Fran.
Se acercaba la media tarde, por lo que nos vestimos en la furgo, asistimos al speech nupcial y comenzamos todo seguido.
Los invitados quedaron atrapados desde el primer momento, cantando y bailando con nosotros los grandes éxitos del rock de todos los tiempos. De hecho se marcaron una conga y todo, cosa que hacía tiempo que no veíamos en un concierto de Ready to Rock.
Lxs novixs se tomaron muy en serio lo de bailarse un rock and roll, tanto que acabaron tras nosotros, rodeadxs de las manos, dándolo todo. La verdad es que estuvimos la mar de agusto.
Después del concierto estuvimos cenando las hamburguesas y bocadillos que iban saliendo mientras el menos valiente se tomaba un ron-cola para celebrarlo. Aún con ese ambiente estupendo, con halagos por parte de lxs invitadxs, llegaba la hora de ir a hacer el check-in en una residencia de estudiantes para poder visitar las calles de Bilbao y hacer un poco de turisteo de pinchos.
Dani decidió quedarse y se perdió la odisea por las kaleas de Bilbo… Cogimos un bus que nos dejó bastante apartados, cruzamos el río y nos plantamos en el centro. Tomamos una cerveza y unos pinchos en el (posiblemente) peor bar disponible y dimos tropocientas vueltas en busca de una heladería para Fran. Vimos la catedral, la plaza mayor, una fuente… cosillas interesantes, pero la que más nos llamó la atención fue la 7ª mejor heladería del mundo, la «Nossi-Bé». En su catálogo tenían maravillas como helado con sabor a bacalao al pil pil, chipirones en su tinta, mojito o kalimotxo.
De todos esos sabores curiosos Blas decidió probar el de regaliz, pero Fran, que tanta guerra dio y se encontró con el paraíso del helado, pidió un sobrio helado de chocolate. Nos merecemos todo lo que nos pasa.
Tras esto decidimos recogernos e ir a dormir. Esperamos al bus casi media hora para que acabara diciendo que no podíamos subir sin el abono de transporte. Por suerte un chaval nos pagó el viaje con su tarjeta, ¡qué maja la gente del norte, joder!
La mañana siguiente desayunamos y salimos tranquilamente de Bilbao fundiendo el catálogo de Crims. Aunque para «crim» lo de Dani, que se carga 5 horas de viaje conduciendo mientras el resto se parte el cuello a cabezadas. Dani es nuestro héroe.
Josu e Isa, ha sido un placer compartir con vosotrxs esta fiesta tan especial. Por nuestra parte, estamos enamorados de Bilbao. Ojalá volvamos pronto.
