El día 27 de abril desplegamos nuestro arsenal de medleys en Palma D’Ebre, acompañados de nuestros compañeros de Rock Añejo.
Pese al lluvioso día, hacia Palma fuimos bastante secos y con buen ritmo en la Readyfurgo. Vamos a acabar enriqueciendo a las empresas de alquiler de furgonetas de la zona. Era el último concierto (en principio) de nuestro compañero Fran antes de que pasen ciertas cositas… por lo que teníamos ganas de darle caña al repertorio nuevo una vez más.
Al llegar a Palma nos esperaban Rock Añejo, nuestros amigos de Teknowatt y Chincheta, que nos sonorizarían en esa noche de rock por Santa Caterina.
Las pruebas tuvieron que ser rápidas para dejar paso a Rock Añejo, que abriría la noche con un público que se hizo rogar en un principio y, que poco a poco, fue perdiendo el miedo y se fue acercando a disfrutar de las mejores versiones del rock urbano estatal. ¡Incluso invitaron a Pablo a cantar un tema con ellos!
Una cosa que quizá no sabéis de esa banda es que tiene una estrecha relación con Ready. Su batería, Boby, sustituyó varias veces a nuestro Dani cuando estuvo de baja por paternidad, Vadó fue profe de guitarra de Fran y Pablo y Rafa fue compañero de grupo de nuestro mánager Jose. Al final todo queda en familia.
Después de despedir a nuestros compis nos preparamos para hacer el cambio de equipo y ponernos el uniforme de Ready cuando nos avisan de que, como marca la tradición, iban a talar un árbol y lo iban a plantar en la plaza del pueblo. Estupefactos, hicimos tiempo debajo del escenario (que parecían unas catacumbas al más puro estilo inquisición) comiendo unas cortezas que nos regaló el dueño del bar, ¡qué grande!
Finalmente, 40 minutos más tarde de lo esperado, comienza el TourTazo. Pronto vimos que la timidez se iba perdiendo y la gente se iba acercando, comenzando a bailar. Al principio, al irnos tanto de tiempo, dudábamos de si saltar el segundo bloque del concierto y, por suerte, decidimos no hacerlo.
El público cantaba, el público bailaba y el público se mosqueaba con nuestras bromas de dejar el bolo a medias. Ese es el público que nos mola, el que nos sigue el rollo y tiene ganas de divertirse.
Nos fuimos muy contentos sintiendo que el repertorio cada vez encaja mejor con nuestro público, aunque aún es nuevo y seguimos con los blancazos. Alguna canción casi desaparece de un medley, otras duraron el doble de tiempo, pero sin perder la sonrisa ni el buen humor en ningún momento.
Con el bolo terminado sólo nos quedaba volver a Tarragona mientras salía el sol para prepararnos para la próxima descarga de rock and roll.
Palma d’Ebre, fue una sorpresa y un auténtico placer amenizar el post-plantado de Santa Caterina, ¡esperamos veros pronto de nuevo!