Palacio de Larrinaga a puro Rock

Blog: Palacio de Larrinaga a puro Rock

Empezamos abril y comienzan los eventos privados de Ready to Rock, en este caso tocaríamos en el enlace de Hugo y Sara en el Palacio de Larrinaga, en Zaragoza.

El día comenzaría bien pronto ya que Dani tuvo que ir a buscar una furgoneta para facilitar la logística del viaje y fuimos a casa de Pablo a cargar la furgoneta. Con el tetris de Blas al límite nos ponemos en marcha hasta que paramos en Lleida a comer (unos platos combinados de muerte, por cierto) y a estirar las piernas, que no la pata.

Una vez en Zaragoza llegamos al palacio bastante rápido, nos indican dónde descargar y montamos en una especie de bajo con techo de cristal en el que hacía un calor interesante. Ocuparíamos buena parte de la pista pero confiábamos en que concentraríamos a la gente en el centro, cosa que pareció funcionar.

Las pruebas fueron rápidas, tirando del mínimo para que el rebote no nos reventase los niveles se igualaron deprisa, nos tomamos una cerveza y esperamos a la llegada de lxs invitadxs.

Cuando estxs llegaron comenzamos del tirón, un non-stop de mixes para todos los gustos y todas las edades que, en ocasiones, veíamos cómo tocaba a cada colectivo por su lado de forma individual y otros como el mix de Extremoduro golpeaba con fuerza de forma unánime que, una vez finalizado, continuó con un improvisado Jesucristo García.

Por su lado Pablo cerró el círculo de los problemas técnicos. Los ha tenido con la guitarra, con el ampli, con la pedalera… ahora que lleva una pedalera digital de lo mejorcito, de repente, dejó de sonar. Sin parar de cantar probó a reiniciarla, a cambiar cosas… el sudor corría su frente y resultó que tenía el volumen bajado. Siempre ha de llamar la atención, aunque siempre es mejor llamarla de esa forma que descolgándose la guitarra en acción como le pasó a nuestro querido Fran, que tendrá que pasar por la guitarrería, cosas del rock and roll. Que cayese la lluvia sobre el techo de cristal era, cuanto menos, poético.

Invitados a un chupito por los invitados y entre muchas felicitaciones recogimos y fuimos de vuelta a casa, no sin antes parar por el McDonald’s de Lleida (¡ya un clásico!) a cenar porque entre volver, descargar y devolver la furgoneta teníamos para un buen rato ya de madrugada.

¡Que seáis muy felices, Sara y Hugo!