Octubre va de cumpleaños

Y es que Anna nos esperaba en Sant Cugat del Vallés para su cumpleaños número 40.

Estuvo muy guapo porque la celebración era en el Mercantic, lugar que desconocíamos y nos flipó por su estética y alma. Era como un parque temático de tiendas, bares y restaurantes. Específicamente íbamos a tocar en «El Siglo», una sala a medio camino entre sala de fiestas, de conciertos y una librería enorme. El sitio era una flipada de guapo.

Allí nos esperaba Pere, que nos sonorizó en menos tiempo del que tardamos en subir las cosas al escenario (mientras sonorizaba a su vez otro concierto en una sala contigua, ¡madre mía!). El sonido era un pepinazo y los libros ayudaban a que la acústica fuera óptima. Con todo montado y preparado fuimos a tomarnos unas cervezas, ojear discos y vinilos (en el caso de Blas) y a cenar por allí. Vimos un restaurante llamado Greta y nos entró muy bien su carta, pero cuando nos sentamos a cenar nos dimos cuenta de que era un restaurante vegano.

No nos malinterpretéis, no tenemos prejuicios, pero no estábamos seguros de si era el tipo de cena que nos apetecía esa noche. Pedimos gran cantidad de platos para ir picando y hemos de decir que quedamos muy satisfechos, estaba todo muy bueno. Una lección de humildad y una cena diferente, pero el vino era el de siempre.

Después de cenar nos preparamos por la zona y poco antes de la hora acordada nos dieron vía libre para comenzar con el concierto. No sabemos qué pasa con los cumpleaños, pero últimamente son los bolos más rockeros que nos hemos encontrado. Nos flipa que en este tipo de celebraciones el público esté tan a tope con la parte más pesada y rockera del set, ¡ese es el espíritu!

Nos partimos con las congas, los bailecitos y el jolgorio general. Eso sí, tuvimos que hacer una recogida de cable magistral durante el medley de Rock Español… quizá estábamos pidiendo demasiado. La realidad es que se estuvo tan a tope que se olvidaron de sacar la tarta, en la que habíamos pactado un cumpleaños feliz. Esto es el rock and roll, si te lo piensas te lo pierdes.

Después del bolo pudimos compartir una copa con algunxs de lxs asistentes. Infinitas gracias por vuestras palabras, siempre es un placer recibir vuestro feedback, sobretodo si viene de alguien cuyo padre compartió un cigarrito de la risa con el bajista de la Creedence.

Anna, ¡muchas felicidades! Por muchos años más cubierta de rock and roll.