Tras una noche de desenfreno rockero toca madrugón motero porque el 1 de mayo, el día del trabajador, se celebra con un conciertazo de Ready to Rock en el Ronin.
Entre nubes de polvo dejamos nuestros herejes de cuatro ruedas para descargar a toda prisa con ayuda de los compañeros del local, en el cual pudimos montar con bastante soltura y fluidez. Fito estaba al pie del cañón, esperándonos, y Gabi a los mandos para que aquello sonase atronador.
Tras la prueba se dio el momento que más ha temido la banda durante su trayectoria. Finalmente hubo una separación… los integrantes que comieron el almuerzo antes del concierto y los de después. Así, descompensados estomacalmente, comenzó el concierto más duro y rockero de nuestras actuaciones recientes.
Mencionar especialmente a dos peques que se pasaron buena parte del concierto bailando, ¡ellxs son el futuro! Y menuda marcha llevaban.
Llegada la mitad del setlist hicimos un pequeño parón para que el grupo pinup hiciese unos bailes, momento que la otra mitad de la banda aprovechó para comer el almuerzo. Teníamos que recuperar fuerzas para la tralla que se nos venía, porque ya sabemos que en el Ronin el setlist no termina donde acaba el papel.
Una vez finalizado el repertorio tuvimos que sacarnos temas de la chistera para amenizar la velada un buen rato más, ¡suerte que somos chicos de recursos! Y cuando nos dio la hora de comer finalizamos del todo una actuación en la que el más tímido cuanto menos cantaba los temas si no se arrancaba a bailar.
Ronin, como siempre, un placer. ¡¡Nos vemos pronto!!