La plaça més castellera suena a rock and roll

El viernes 30 de agosto Ready to Rock hacía una importante parada en las fiestas de Vilafranca del Penedès.

La tarde fue caótica. Cuando llegamos había muchísimas calles cortadas y llenas de gente, correfocs y escenarios, por lo que nos estaba siendo imposible llegar hasta la Plaça de la Vila. Jose nos estuvo escoltando a contradirección hasta que creyó que estábamos cerca de la plaza. Spoiler: no. Tuvimos que andar centenares de metros con los instrumentos a cuestas (el amplificador de bajo casi se cobra dos víctimas) entre el gentío, hasta que encontramos la manera de acercarnos a la plaza. Pilones abajo, todo descargado, es hora de buscar aparcamiento.

Nos facilitaron aparcar en los párkings de pago de la ciudad, lo divertido fue ver que todos estaban llenos. Al haber tanta gente en Vilafranca no había cobertura, por lo que tampoco podíamos comunicarnos para ayudarnos. Al final tuvimos que salir prácticamente de Vilafranca para poder aparcar.

Pero, no temáis, nos estaban esperando en el restaurante Mussonades donde cenamos como auténticos reyes. Ya se nos había olvidado la odisea y estábamos listos para montar y probar. Las pruebas con el equipazo de Fase 3 llamaron tanto la atención que la gente se creía que ya era el concierto pero, por lo pronto, quedaba esperar un ratito en el camerino hasta las 2:00h.

Llegada la hora y pasado el ball de bastons con Sant Félix comienza nuestra intro y subimos al escenario. En menos de un minuto teníamos a cientos de personas gritando «I love rock and roll» con nosotros a pleno pulmón, y es que en la plaza no cabía ni un alma.

Pudimos ver a todas aquellas personas que vinieron a preguntarnos si ya habíamos empezado antes, amigxs y conocidxs que se habían desplazado hasta Vilafranca para vernos, las mesas de los restaurantes del fondo estaban de pie moviendo los brazos, si en algún tema había colaboración no hacía falta ni pedirlo… Aquello era apoteósico.

Nos encantó ver a todo tipo de personas, de todas las edades, disfrutar con nuestro show, ¡se las sabían todas! Para nosotros fue como tocar en los grandes estadios con un público maravilloso.

Al acabar el concierto estuvimos haciéndonos fotos con cantidad de personas que no querían perder la oportunidad de inmortalizar esa noche de rock. Algunos incluso no esperaban a que la banda estuviese completa y se hacía la foto con el primero que pillaba. ¡Gracias por vuestro feedback y por vuestro calor!

Después de la intensa caminata hasta el coche cargamos nuestros instrumentos y volvimos a casa a descansar, que la resaca emocional del día siguiente iba a ser importante.

Vilafranca, un putísimo placer.