BLOG

Devolviendo el rock al Pabellón Bunbury

2 octubre, 2024

Lumpiaque, en Zaragoza, quiere rock and roll y Ready to Rock está aquí para ofrecérselo. Las fiestas de San Francisco de Asís y Maximino reclamaban nuestros servicios.

La logística de este bolo tenía guasa. Primero, Fran no podría venir y Albert volvería a hacernos de sustituto a la guitarra solista, y luego Pepe, nuestro técnico, estaba trabajando en Madrid. Para hacerlo todo posible fuimos en dos coches, uno de los cuales paró en la estación Delicias de Zaragoza para recoger a Pepe y luego nos juntamos en Lumpiaque.

Una vez allí estuvimos tomándonos unas cervezas, compartiendo anécdotas e historias con los poco habituales de la banda. Cuando la hora de las pruebas se acercó, ya que se cambió la ubicación del concierto por la bajada de temperaturas, fuimos a montar y probar.

El escenario era enorme, por lo que podríamos colocar las manos que estrenamos el concierto pasado, pero faltaban cosillas. Pepe se estuvo estrujando la mente para acabar de montar y sonorizar para que pudiéramos probar con normalidad. Mientras tanto nosotros hacíamos el tonto con las pegatinas aprovechando el backstage.

Cabe destacar que el pabellón se llama Bunbury en honor al héroe del silencio, pero que el parque en el que se ubica también se llama Bunbury. Esa noche Entre Dos Tierras era un tema obligatorio.

Para cenar nos tuvimos que desplazar a las Piscinas de Épila, donde cenamos tremendamente bien (ensaladas, merluza, carne a la brasa, revueltos de setas, helados…) y luego volvimos a Lumpiaque para estar listos para el concierto. Para hacer tiempo los había que comenzaron el cubateo y fueron a cambiarse, pronto llevaríamos nuestro repertorio de nuevo a Aragón.

Hemos de decir que al principio el público parecía tímido, más bien reservado. A medida que avanzaba la noche iban entrando más personas, pero el ambiente seguía siendo tímido. Hubo arranques, eso es cierto, de personas que lo daban todo como si estuvieran viendo a los AC/DC o los mismísimos Rolling Stone, incluso se bailaron rock n’ rolls en la pista de baile. Pero en Lumpiaque el gozo iba por dentro, ya que después del concierto todo eran buenas palabras y buen rollo.

Que sí, que no acabamos las canciones. Que las podríamos alargar un poco más. Pero, gracias a eso, podemos tocar más canciones que os gustan (y que no) y el bolo dura más, ¿verdad? Siempre hay que verle el lado positivo a las cosas :P.

Después del concierto estuvimos de charla con algunxs de lxs asistentes, tomándonos una copa (o más de una) y recenando bocadillos prohibidos. Por suerte esa noche dormíamos en una casa del pueblo (¡muy cuca, por cierto!) y nos podíamos permitir pasar un rato de fiesta en Lumpiaque.

Por la mañana desayunamos en un patio comunitario, acercamos a Pepe a Delicias de nuevo y volvimos a casa a descansar para los próximos conciertos que se avecinan en octubre.

Lumpiaque, todo un descubrimiento. ¿Repetimos?

Compartir publicación

OTRAS PUBLICACIONES DEL BLOG