Un domingo a la hora del vermut nos esperaba en la Santi’s Party de un grupo de amigxs que ya conocemos de sobra, concretamente el 16 de abril.
Santi cumplía sus 50 añazos y tenía muy claro que el repertorio de Ready to Rock tenía que sonar en él. No es casualidad que la fiesta estuviese ambientada en los años 70 cargada de objetos de la época: una especie de máquina de escribir híbrida con teclado de ordenador, tocadiscos y vinilos, teléfonos de pared, radios de cassette y un photocall la mar de majo con esa ambientación retro. Eso y mucho viento.
Las pruebas fueron rápidas y sencillas. La parte más difícil fue enchufarlo todo, descuido que le costó a nuestro Pablo el tener que hacer un viaje de vuelta a casa para recoger todos los alargos. Estas cosas pasan.
Con todo montado nos servimos unas birras, picoteamos un poco y vimos a todo el personal setentero ir llegando. En el momento que las pelucas y los pantalones acampanados superaron en número a los contemporáneos nos subimos a la lona para comenzar el concierto de la Santi’s Party.
Aunque no todos nuestros temas eran de los 70’s el público recibía cada uno de ellos con bailes, coreografías y mucho air guitar.
Hemos de destacar el momento cumbre en un evento como este, nuestro medley de la Creedence Clearwater Revival, el cual hicimos casi de forma íntegra como power trío ya que Fran tuvo que acudir a un asunto digamos urgente. Un bolo de dos horas largas y mucha bebida no son una buena combinación.
Por otro lado Dani tuvo que lidiar con una guirnalda que el viento le hacía poner de peluca. La fiesta quería ponerle de su lado, pero nuestro batería se resistía con ayuda de Blas que intentaba apartarle las serpentinas con el bajo. Cuando el hombre del tiempo no acierta nos pasan estas cosas.
Después del concierto comimos paella, muchos dulces y disfrutamos de la grata compañía de lxs amigxs de Santi (¡una incluso reconoció la faceta musical de nuestro mánager!). Y como no nuestro “quinto Ready”, Jerry, llevaba la camiseta de Ready to Rock rompiendo su disfraz, pero merecía la pena.
Como siempre es un placer poner la nota musical en vuestras fiestas, ojalá nos veamos pronto de nuevo, equipo.