El viernes 19 Ready to Rock volvió a Aragón, a Binaced concretamente, y ya teníamos ganas de volver a la carretera por sus inquietantes vivencias en ella.
Esta vez podemos destacar del viaje cuando la carretera directamente desapareció, dejándonos en medio de un paisaje desértico como si eso fuese “Las colinas tienen ojos”, así que empezamos a tantear el terreno sin asfaltar con una furgoneta de descomunales dimensiones, dando lugar a momentos tensos que casi acaba con un integrante volviendo a Tarragona a pie.
Pronto unos vecinos de la zona arrojaron un poco de luz al asunto y conseguimos llegar al pueblo (¡bien!) en el que encontramos un gran descampado, ¡una buena pista de baile! O eso pensábamos. Que hubiese ropa tendida en él parecía ser un indicio.
Así sería demasiado fácil… ¡el escenario apuntaba hacia el otro lado!
Justo delante teníamos la calle y la fachada del Bar Alacena, que nos invitaban a descargar una gran dosis de rock a sus vecinxs y ver cuantos coches eran capaces de resistir continuar su marcha al pasar por delante del escenario.
Y decimos “una gran dosis” porque llevábamos todo nuestro potencial, el equipo más grande y potente de Ready, los cimientos de Aragón iban a bailar con nuestro “twist”.
Esta vez contábamos con un colaborador especial, Miguel, que nos ayudaría en cuestiones técnicas. Ya es casi de la familia (para unos más que para otros) e hizo un gran papel de manager no perdiendo la compostura hasta en los momentos más difíciles.
¿Sobre la actuación? Nos sorprendió ver a pequeños (¡sobretodo unas pequeñas muy rockeras!) y mayores cantar tema tras tema demostrando que en Binaced gusta el buen rock, no teníamos ninguna duda.
Aunque no se atrevieron a acercarse demasiado… ¿quizá les intimidó la valla de seguridad que teníamos esa noche los Ready? Cada vez parecemos más una banda seria. Tan seria que el ampli de Pablo empezó a recibir señales de la tercera fase, quizá nos están intentando decir algo… pero si está relacionado con bajar el volumen se pueden ir olvidando.
Tras el concierto pudimos charlar con algunxs vecinxs de temas muy diversos, desde plantaciones de tomateras, historias etílicas, conciertos e incluso de la bolsa hasta cantar acapella algún tema de “Los Gandules”, un ambiente divertido y cercano (acompañado de unos cuantos gintonics…).
Tras eso, recogimos y fuimos a dormir (algunos más que otros, que continuaron la fiesta) ya que había que coger fuerzas para el resto del fin de semana, que amenazaba con ser prometedor.
Bar Alacena, Binaced, un placer compartir una noche como la del viernes con vosotrxs, ¡salud y rock and roll!