Un año más ponemos punto y aparte en el Camping La Corona, esta vez el 28 de agosto.
La verdad es que hubo dudas acerca de la previsión meteorológica que amenazaba a diluvio universal, pero conociendo a lxs residentes de la Corona qué menos que intentarlo y poder dar el concierto si el tiempo lo permitía. Ellxs ya aguantaron un chaparrón por vernos, ¡qué menos que montar y probar!
Para hacer la situación más divertida pudimos montar sin ningún problema, pero a la hora de probar el sonido la vida nos ponía a prueba a nosotros: comenzaba a llover. Pero no nos íbamos a rendir aquí y Fran nos demostró que podía hacer la prueba en el móvil mientras sujetaba el paraguas a la vez.
Tiempo después dejó de llover y adelantamos la actuación para aprovechar la tregua meteorológica. Cuando llegamos las primeras filas ya estaban completas con el público más juvenil que hemos tenido (el futuro del rock and roll) y a medida que íbamos tocando lxs residentes se iban acercando a la pista.
Todo iba rodado, estaba siendo un gran concierto entre chubascos aislados hasta que empezamos a tocar “Don’t Stop Me Now”, frase tomada muy en serio por la tormenta que apretó y a partir de ahí no dio un respiro. El público huía a los árboles y se ponía bajo las cornisas para evitar la lluvia, pero ahí seguían, así que nosotros también. El escenario cada vez era más pequeño, íbamos metiendo el material más adentro conforme más llovía, ubicando toallas y fundas sobre las tomas de corriente, hasta que la situación se volvió insostenible y tuvimos que dar fin a la actuación.
Bravísimo para todxs aquellxs que aguantaron como campeonxs el tremendo chaparrón (un grupo ni se movió de su sitio en las gradas, ¡valientes!) para seguir disfrutando con nosotros. Por cosas como estas sabemos que el público de La Corona es único y especial, ¡muy agradecidos!
Nos volveremos a ver el año que viene en un verano que esperemos sea menos atípico.