Boda&Roll en Toledo

Blog: Boda&Roll en Toledo

El viernes 10 de junio nos pusimos en marcha dirección Talavera de la Reina para el enlace de Cris y Diego, que sería al día siguiente.

Para quien no tenga muy claro dónde cae Talavera comentaros que está en Toledo, por eso tuvimos que salir el día de antes para no padecer extenuados en el camino. Cuando todos los Readys dejaron su mundana vida de currante y desataron su alter ego rockero comenzaron el viaje. Bueno, tuvimos que esperar a que nos repararan una rueda, ¡después sí que arrancamos directos al interior del país!

El viaje se hizo bastante ameno, con DJ Ready en cabina y un Pablo absorto en “Los Juegos del Hambre” en el asiento trasero fuimos haciendo kilómetros. Hemos de decir que alguno envejeció unos cuantos años a la hora de poner gasolina, qué cantidad de números salía en pantalla… así que, para reponer fuerzas, nos quedamos a cenar allí: pizza clásica, pizza barbacoa y dos pizza “cobra” style. Primera noticia de que había pizzas de queso de cobra… quizá las vistas cansadas nos jugaban ya malas pasadas. 

El viaje seguía su curso hasta llegar alrededor de la 1 de la mañana al Motel San Isidro de Villarubio, Cuenca. Más que un Motel parecía un cámping, ya que dormimos en una cabaña con literas. Menos mal que era viernes 10 y la zona estaba libre de asesinos seriales (que sepamos). Para desgracia de Fran estuvimos viendo equipo de investigación, hasta que todos nos quedamos dormidos y el mismo Fran tuvo que levantarse a apagar la tele. Este hombre tiene el cielo ganado.

Por la mañana desayunamos a la gélida brisa mañanera para despejar nuestras cabezas y conducir las dos horas que quedaban hasta la Finca Malpartida. Tras mil resaltos en la carretera y un camino rural lleno de vacas que nos recordaba a la boda del Escorial llegamos a la finca y empezamos a montar en una suerte de carpa que nos dejaba las lámparas a la altura de la cabeza. Saltar iba a estar prohibido esa tarde.

Las pruebas fueron bastante bien en general y el día nos alertaba de la que se nos venía encima; hacía muchísimo calor.

Una vez probados nos dirigimos a un pueblo cercano para bañarnos en la piscina y así hacer tiempo. Por suerte, la piscina estaba vacía, no había nadie. Lo malo es que literalmente estaba vacía, no tenía agua. Nuestro plan se había ido directamente por el sumidero.

Pero somos tipos con recursos y por el camino, cerca del lago, vimos un camping con piscina. Habiendo sobrevivido a la cabaña no nos la quisimos jugar una segunda vez yendo al lago así que estuvimos en la piscina del camping tomando una cervecita para descalabro de la pobre socorrista. Entre las cervezas, hacer fotos y llevar las gafas de sol hicimos el completo de infracciones de la piscina, no nos habían llamado tanto la atención desde secundaria.

Después del bañito comimos en el restaurante del camping, una barbacoa y un platito combinado para peque Blas, que prefería lomo empanado. Nos atiborramos y nos fuimos a echar al césped, que esa noche nos tocaba volver directos a Tarragona, llegando de madrugada.

16:00, nos despertamos. Nos dimos una ducha y fuimos para la finca para estar preparadísimos a las 17:00. Aquí vino la primera mala noticia, estaban empezando a comer. La logística se había ido con el agua de la piscina, por el sumidero. Nos iba a ser imposible volver a casa esa “noche”.

Pero todo tiene solución, arreglamos el malentendido y nos proporcionaron una noche en la misma cabaña que dormimos la noche anterior. Así, al menos, no tocaríamos con todo el calorcito de las 17:00 e iríamos más descansados para casa, aún a costa de perder parte del domingo.

Justo antes de empezar el concierto nos encontramos con unxs viejxs conocidxs… ¡Adriana y Nacho! Tocamos para su boda en El Escorial y esa tarde repetíamos para unos amigxs suyos.

El concierto fue un cañonazo. Asistentes de todas las edades cantaban y bailaban sin parar los temas, no hubo saco roto, solo rock & roll por los poros. Volvemos a hacer mención especial a esos mayores que nos dan grandes lecciones bailando al ritmo de twist de forma incansable, así como los peques que hacían de su pai-pai una guitarra improvisada con la mirada orgullosa de sus familiares detrás

Hemos de decir que el trato por parte de lxs novixs y del personal de la finca fue excepcional. Muchas gracias al equipo que nos sirvió la cena, que nos consiguió un boli y grandes cantidades de agua y hielo. Sobre todo a aquella chica del servicio de cátering, cuyo nombre no sabemos, que se preocupaba en todo momento que no nos faltase de nada.

Después de esto volvimos en la furgoneta hasta la cabaña, tentando a la suerte una vez más, mientras escuchábamos el concierto de Fito & Fitipaldis en Radio 3. Eso es un viaje ameno.

Por la mañana nos despertaron las 15 alarmas (por lo menos) que tiene Dani, a todo volumen, para no quedarse dormido. Era para matarle, pero se lo permitimos porque el campeón se tragó todas las horas de viaje al volante. Es un héroe.

Esa mañana sí desayunamos a cubierto y nos pusimos en marcha hasta Tarragona, descargaríamos todo en el local y comeríamos en casa. ¡Qué finde más largo! Pero divertido. Estas experiencias son las que quedarán siempre con nosotros.

Diego y Cris, ¡que seáis muy felices! Si algún día pasáis por Tarragona revisad nuestra web y hacednos una visita 😉