El día 4 de junio nos esperaban en Ametlla de Mar para aportar el rock and roll a la boda de John y Conchi, una boda que estaba hasta arriba de música ya que también actuaron una txaranga y Maria Isas tocando el ukelele y cantando durante el aperitivo.
Hemos de reconocer que el camino hasta allí era cuanto menos entretenido. Dimos vueltas al recinto como para aburrirnos hasta encontrar la entrada que nos venía bien para descargar nuestros cacharros en el complejo Águila Dorada.
A ritmo de fiesta mayor, gracias a nuestros compañeros de la txaranga, empezamos a montar en una especie de cuadra remodelada en campo de fútbol que nos daría más de un quebradero de cabeza a nivel acústico con un Fran bastante cerca de estampar el móvil en sus intentos para que el micro de Pablo no se acoplase. Todo un reto para nuestro técnico.
Después de la prueba y de un montón de cerveza mal tirada en forma de espuma decidimos buscar nuestra cena mientras nuestro guitarrista hacía negocios para vender un ampli. En Ready to Rock perder el tiempo está prohibido. La parte divertida fue que, a causa de un malentendido, no había cena para nosotros, por lo que tuvimos que alimentarnos con las sobras de la mesa infantil. Bochornoso, pero divertido a la vez. Ni los mosquitos podían quitarnos esa ilusión pese a salir de allí con cantidad de heridas de guerra.
Sobre el concierto, brutal. En la boda había angloparlantes, castellanoparlantes y catalanoparlantes y aún así pudimos contentar a todxs con nuestro variado repertorio, ¡hasta acatamos alguna petición del público!
Mención especial al grupo de la txaranga que lo dio todo en todo momento, incluso nos ofrecían sus tarjetas de crédito a modo de gratitud y admiración, ¡sois enormes!
Lo pasamos en grande entre fardos de paja, césped artificial, picadas de mosquito, pizza y cantidad de cerveza y bebidas espirituosas.
John, Conchi, un placer haber sido el cañonazo final de vuestro enlace, ¡enhorabuena!