La misión estaba clara: montar un fiestón

Blog: La misión estaba clara: montar un fiestón

Nos disponíamos a tocar en lo que ya consideramos nuestra segunda casa (para algunos más que para otros). Esa noche era especial: hay conciertos mejores y otros peores, pero en el podio de los que recordamos con más cariño siempre suele haber sitio para los del STONE.

La misión estaba clara: montar un fiestón, que Fernando (una mezcla entre barman y colega de barra) flipara con el llenazo y, porque no, tomar unas cuantas cervezas antes, durante y después del concierto. Lo que no tuvimos en cuenta fue el límite de nuestro sistema urinario, concretamente el de Blas, que por primera vez tuvo que abandonar el directo para evacuar antes de empezar a ponerse amarillo. El momento lo salvó el afamado interiorista Don Gustavo Fratelli, conocido en el lugar, quien se marcó una improvisación muy adecuada mientras nuestro querido bajista le cambiaba el agua al canario.

Aunque a su favor hay que decir que en ese día Blas también se libró de una buena., y es que consiguió cambiarse de lugar en el escenario del Stone, que no es moco de pavo, y dejarle los platazos de batería al mástil de la LesPaul de Fran. Si la sangre no llegó al río, fue por un milagro.
Lo cierto es que estas son las únicas anécdotas a destacar fuera de lo musical… Lo demás… Quienes estuvieron allí lo pudieron presenciar por su propia cuenta: una noche de lujuria empapada de Rock’n’Roll, donde la gente canto, bailó, sudó e incluso alguno se fue a con una camiseta del grupo a casa (prometemos hacer más, pese a que nos gustaría mantenerlo como un elemento de culto).

Después de todo lo anterior, sólo nos queda empezar a tachar en el calendario los días que faltan para volver al STONE.